publicado en Saloma. Letras entre ríos. Vol. III. Septiembre de 2006..
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¿Cuál es mi herencia, madre?
Es triste echar un vistazo al espejo,
tristísimo amarte
y palpar en sueños tu vientre
donde la palabra es muro y nada.
Ungiste tu óvulo
a un semen pastoso con olor a soledad.
Me llamaste hija
por costumbre o por parecerme a la Luna,
y arrumbaste mi pellejo
en los escombros de tu voz.
Resabio de imposibles.
Mi cuerpo achica la nostalgia
para naufragar en aguas pétreas.
Oleajes quietos de amargura.
Vuelvo los ojos
al crepúsculo de un viernes,
un martes, un quizá cualquiera.
Tus días y mis días eran tempestades,
el amor se despertaba mudo
roto....sin aliento.
La niña se ha dormido, madre,
otra huella, otro bagaje,
otra cruz, llenan las grietas de este cuerpo:
rígido palacio de nervios.
En la página de la memoria
caben tus manos, tu vestido rosa pálido,
todos los minutos de octubre
y el roce perdidizo de tus labios.
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