Poema leído durante el ciclo "Autores tamaulipecos en primera persona" del XIII Festival Internacional Tamaulipas. Octubre 1 de 2011. Antologado en Verso Norte, Bitácora de voces 2011. UANL / Posdata (2012)
El olor del estiércol me endulza la nariz
(es el perfume de la muerte)
Las vacas
apiñadas en su cárcel
pasan bajo el puente de Altamira
Hace un año colgaron aquí dos cadáveres
una mujer un hombre
las cabezas cubiertas por una sombra
aún hiede su sangre pastosa
humus pólvora mantequilla derretida
Pero yo no sé a qué huele la muerte
la he soñado
y ésta bien podría ser la continuación de aquel sueño
Decenas de ojos
–redondas y estúpidas canicas–
parecen gritarme sálvanos
algo dentro de esas mil toneladas de grasa y pezuñas
conoce el camino: van al matadero
Su piel será cortada en trozos irregulares
manos diestras limpiarán la sanguaza
lienzos velludos envolverán los muslos de las muchachas
el ego de un niño rico la mesa favorita de un antro
No puedo evitarlo
pienso
mientras me alejo del doble remolque
donde se cocina el futuro
.
.
Duro poema. Claro que la vida también es dura. Y la gente sin escrúpulos la hace todavía más difícil.
ResponderEliminarSe podría hacer un símil entre las vacas y los ciudadanos honrados que sólo trabajan para pagar impuestos y poco más. Quizá por eso muchos no quieren pensar y ser críticos, para no ver ese camino que lleva "al matadero".
Te mando un poco de alegría. :)
José